Al fondo de la plaza, en el centro, se encuentra el Ayuntamiento. La primera Casa Consistorial fue construida a finales del siglo XV bajo las órdenes del alarife moro Farag de Gali, maestro de obras del rey Fernando El Católico. En 1950 fue reformado, respetando los elementos característicos de las casas solariegas del Renacimiento aragonés.
Su Salón de Plenos es uno de los espacios más emblemáticos del Ayuntamiento, con paredes y techos ornamentados por el pintor barbastrense Francisco Zueras en 1947, con diserños basados en el estilo clásico de los interiores de los palacios. El techo del Salón lo ocupa un gran escudo heráldico de Barbastro y, la parte noble, un busto del General Ricardos y otro de Lupercio de Argensola, además de cuadros de hombres ilustres de la ciudad.
Custodia un valioso archivo histórico compuesto por más de 1000 legajos. El documento más antiguo es el privilegio por el que el rey Alfonso I en 1115 confirmaba el fuero de Barbastro.
En el lateral izquierdo de la plaza se encuentra la Casa de las Hermanitas de los ancianos desamparados. En origen, este solar estuvo ocupado por la casa solariega de la familia Pueyo. Más tarde fue la sede del denominado Casino de La Amistad, uno de los dos que en el siglo XIX tuvo Barbastro. Aquel edificio hoy desaparecido acogería la primera Casa de Hermanitas, orden fundada en Barbastro en 1873 por Santa Teresa de Jornet y por el canónigo e historiador de la ciudad Saturnino López Novoa con la finalidad de asistir a los ancianos pobres, sin familia y sin medios. El edificio es en la actualidad una residencia de la tercera edad.
Cierra la plaza el Colegio de los Escolapios. Primer colegio fundado en España por los Padres Escolapios en el año 1677 y activo en la actualidad. La iglesia, de tipología jesuítica, tiene planta de cruz latina, cúpula sobre crucero y una nave longitudinal de gran altura a la que abren capillas, sobre las que se sitúan las tribunas. Su interior contiene pinturas del artista barbastrense Francisco Zueras.
En los muros que dan a la calle Argensola puede verse un tosco escudo que recuerda que la Ciudad de Barbastro donó este terreno (en el pasado una calle) para erigir allí la iglesia.