Durante el mes de agosto de 2019, la artista Ouka Leele, Premio Nacional de Fotografía 2005, retrató en la Catedral de Jaca a visitantes y habitantes de la ciudad, con objeto de plasmar una mirada contemporánea de los peregrinos del Camino de Santiago a su paso por Aragón. Para la artista sus retratos están basados en dos aspectos fundamentales, la luz y la relación con las personas que fotografía.
Los retratos de Alma de Peregrino indagan en el espíritu del peregrino del siglo XXI, casi con la misma retórica de la imagen con la que Ouka Leele plasmó a finales del siglo XX la mitología de una España que despertaba a la libertad. En aquel tiempo de apuestas surrealistas y fotos tintadas con colores ácidos que pedían un marco más pictórico que fotográfico, Ouka Leele vino a definirse como la creadora de “la mística doméstica”, es decir, de la sublimación de lo cotidiano.
Hoy, sus fotografías se muestran casi desnudas de ornamentación, como buscando en la esencia misma del retrato su poder comunicador y purificador. En estas fotografías juega con las luces y las sombras, con la alegoría de la dualidad y la certificación del paso de la postmodernidad al neobarroco.