II Ciclo de Conciertos 'Barbastro a tempo'
La novena sinfonía de Beethoven representa uno de los hitos de la creación artística por innumerables motivos. Esta sinfonía contiene muchos elementos que la han convertido en una obra que ha trascendido del mundo de la música para convertirse en un emblema de la creación humana. La creatividad en la expansión de prácticamente todos los procedimientos que se usaban en su época, la confianza en el poder transformador del arte en la sociedad, la capacidad de proyectar los elementos del pasado al futuro y la esperanza de que el mundo puede ser un lugar mejor forman parte de esta colosal obra.
La transcripción para dos pianos de Franz Liszt de la novena sinfonía toma el testigo de la proeza de Beethoven para adaptarla a otro medio, lo que permite observar este universo desde un prisma diferente. La escrupulosa y rigurosa escritura de Liszt junto con su formidable dominio de las posibilidades sonoras del piano no sólo logran conservar toda la esencia de la obra sino que la proyecta a escenarios distintos.
El hecho de que sea la única sinfonía de Beethoven que Liszt transcribe para dos pianos añade la sugerente idea de que para los grandes retos el ser humano necesita ir acompañado, algo que conecta con la idea de fraternidad que impregna toda la obra.