Primera obra del año del programa PLATEA, el viernes 27 de abril en el Centro de Congresos
El viernes 27 de abril regresa el programa PLATEAy lo hace con los televisivos Fernando Guillén Cuervo y Natalia Sánchez protagonizando Oleanna, una lucha de poder encarnizada entre dos personas en la que se mezcla el acoso sexual además de cuestionar el sistema académico vigente para sugerirnos que hay algo más de lo que parece a primera vista, queriendo revelar una verdad oculta. Esta versión de Juan V. Martínez Luciano de la polémica obra de David Mamet se representará a las 20.30 horas en el Centro de Congresos.
Las entradas, cuyo precio es de 12 euros, pueden adquirirse a través de http://entradas.barbastro.org y desde los enlaces disponibles en la página web municipal, www.barbastro.org, o de la APP del Ayuntamiento de Barbastro. También podrán comprarse en taquilla dos horas antes del inicio de la función.
Escrita por el dramaturgo estadounidense David Mamet, su estreno en 1992 estuvo rodeado de polémica al coincidir con el juicio contra el juez Thomas, candidato al Tribunal Supremo de los Estados Unidos, acusado por acoso sexual a una profesora universitaria. El montaje, dirigido por Luis Luque y producido por El Cuervo, Txalo Producciones y Pentación Espectáculos, es una lucha entre Fernando Guillén Cuervo (El Ministerio del Tiempo, Isabel, Airbag) y Natalia Sánchez (Los Serrano, Amar en tiempos revueltos, El año de la plaga) en el que Carol, una estudiante universitaria, llega al despacho de su profesor a pedir que le suban la nota de una asignatura. A partir de esta sencilla premisa arranca una de sus obras más turbadoras.
Mamet nos cuenta que estos dos personajes están equivocados y que al mismo tiempo llevan razón. La lectura de Oleanna provoca desasosiego e incertidumbre en este mundo donde necesitamos identificar claramente quién es el malo y quién es el bueno y si no llegamos a descubrirlo realmente es porque todos somos esa estudiante y todos somos ese profesor. Todos hemos luchado alguna vez para que nuestra razón impere sobre la razón del otro y todo por no querer asumir sencillamente que lo que no se entiende nos asusta.