Cartel anunciador de la XXVII Fiesta del Crespillo que se celebrará este domingo.
Antes del reparto de los dulces, se nombrará ‘Crespilleros de honor’ a Jovita Pardinilla y, a título póstumo, a Joaquín Coll y a Dorita Mur

 

23 de marzo de 2022. 

Barbastro acogerá este domingo la XXVII Fiesta del Crespillo, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, que vuelve a celebrarse en la calle tras dos años de suspensión a causa de la pandemia sanitaria.
La Plaza del Mercado volverá a ser, un año más, el epicentro de la fiesta que organizan el Ayuntamiento de Barbastro y la Asociación Cultural Tradiciones de Barbastro, en una jornada amenizada por la Asociación de Gaiters d’o Somontano de Balbastro.

Desde primera hora de la mañana, en un lateral de la plaza se situarán los doce hornillos en los que un centenar de voluntarios, miembros de las asociaciones de la ciudad y particulares, se afanarán en elaborar el tradicional postre cuyo ingrediente principal son las hojas de borraja, una de las verduras más valoradas de la huerta. Huevos, leche, harina, azúcar, anís… y el ‘condimento’ secreto que atesora cada hornillo son otros de los componentes de este postre que, una vez rebozado, se fríe en abundante aceite de oliva muy caliente.

A partir de las 12 del mediodía, se hará el reparto de los crespillos entre las personas que acudan a la Plaza del Mercado. En esta ocasión, el reparto se hará en dos lugares destacados, con el fin de agilizar la entrega y recogida de este tradicional dulce elaborado en los hornillos, uno de ellos dedicado a hacer crespillos aptos para celíacos.

 

Crespilleros de honor

Antes de comenzar con el reparto de los crespillos, se hará un homenaje a tres de las personas que estuvieron en los primeros hornillos en los inicios de esta Fiesta del Crespillo, y se nombrarán ‘Crespilleros de honor’ a Jovita Pardinilla y, a título póstumo, a Dorita Mur y a Joaquín Coll.

Los tres homenajeados estuvieron la primera edición de la Fiesta del Crespillo, celebrada en 1994 en el Paseo del Coso, una celebración que ha perdurado a lo largo del tiempo y que en 2015 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.

Según la tradición, el 25 de marzo, fiesta de la Encarnación, se elaboraba este postre en los hogares de Barbastro y del Somontano para propiciar el ‘preñado’ de las oliveras y augurar una buena cosecha. Con esta costumbre, los agricultores agradecían los frutos recogidos de la tierra.

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